miércoles, 3 de septiembre de 2025

EU destruye embarcación con drogas procedente de Venezuela: Trump.

Vienen por nuestro petróleo y gas, advierte Maduro
La Casa Blanca muestra video del operativo // Gobierno de Caracas señala que “es probable” que haya sido creado con IA // Combate a cárteles, un falso positivo creado por Washington: analistas
▲ Imágenes mostradas por el jefe de la Casa Blanca sobre la supuesta destrucción de una nave que transportaba estupefacientes y que partió desde suelo venezolano.Foto tomadas de las redes sociales del presidente Donald Trump
Ángel González
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada   Miércoles 3 de septiembre de 2025, p. 20
Caracas. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó ayer que al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, “nadie le cree sus mentiras”. El mandatario aseguró que el jefe de la diplomacia “se ha inventado un cuento, un relato sobre el narcotráfico” para justificar sus acciones contra el país sudamericano.
Maduro reiteró la denuncia hecha antier de que “la mafia de Miami”, comandada por Rubio, quiere “manchar de sangre el apellido (del presidente estadunidense Donald) Trump”, mediante la amenaza bélica que ha desplegado durante las semanas pasadas en el Caribe.
Horas antes, Trump informó del ataque de militares estadunidenses a una embarcación en aguas internacionales del Caribe, que supuestamente transportaba drogas.
“Vienen por el petróleo y el gas venezolanos, los quieren gratis”, dijo Maduro tras señalar que la presunta lucha contra las drogas de Estados Unidos es completamente falsa.
El país durante las semanas recientes ha estado movilizado en función de la preparación para la defensa del territorio ante una eventual agresión extranjera.
Maduro informó antier que, a partir de las recientes jornadas de alistamiento en la Milicia Nacional Bolivariana, quinto componente de la fuerza armada venezolana constituido por reservistas civiles, el país cuenta con 8 millones 200 mil hombres y mujeres anotados. Esto representa un aumento de unos 3 millones 700 mil efectivos, ya que al comienzo de las jornadas de registro el gobierno hablaba de 4 millones 500 mil milicianos.
Trump difundió ayer que fuerzas militares de Estados Unidos dispararon contra una embarcación cargada de droga, que provenía de Venezuela. Aseguró que de ese país salen estupefacientes “en grandes cantidades” y que “hay más de donde vino esto”.
Por su parte, Rubio indicó que el incidente se produjo en el sur del Caribe y que fue un “ataque letal”.
Más tarde, el mismo Trump publicó en su red Truth Social un video aparentemente grabado desde un dispositivo militar en el que se observa una lancha en el agua con un grupo de personas a bordo. El metraje avanza y se observa una explosión y a continuación el bote encendido en llamas. En la publicación, el presidente estadunidense escribió:
“Esta mañana, siguiendo mis órdenes, las fuerzas militares de Estados Unidos llevaron a cabo un ataque cinético contra narcoterroristas del Tren de Aragua (TDA), identificados positivamente, en el área de responsabilidad del Comando Sur”.
Agregó que el TDA es una organización terrorista extranjera designada y que “opera bajo el control de Nicolás Maduro”. Además, precisó que el ataque dejó 11 “terroristas” asesinados, se produjo en aguas internacionales y que la lancha se disponía a “transportar narcóticos ilegales con destino a Estados Unidos”.
Ni Trump, ni Rubio, ni el video presentado aportan prueba alguna de que la lancha mencionada transportara drogas, ni que proviniera de Venezuela, ni que su destino fuera Estados Unidos. Todo esto es presentado, al menos hasta ahora, sólo en las palabras del presidente y su secretario de Estado. Incluso no hay manera de comprobar quiénes eran los tripulantes de la embarcación, o si se trata de 11 personas, como señaló el jefe de la Casa Blanca.
Rubio respondió con evasivas las preguntas de los reporteros durante una comparecencia de prensa ayer por la tarde. Indicó que el Pentágono se encargaría de ofrecer más detalles sobre la operación en las próximas horas.
En las declaraciones de Marco Rubio resaltó una contradicción con los dichos de su jefe, el presidente Trump. El funcionario, queriendo establecer la idea de que el narcotráfico que ellos dicen atacar afecta a toda la región, detalló: “Esas drogas en particular probablemente se dirigían a Trinidad o a algún otro país del Caribe, momento en el que simplemente contribuyen a la inestabilidad que enfrentan esas naciones”.
Trump afirmó que el barco se dirigía a Estados Unidos y Marco Rubio, en cambio, involucró a un tercer país: Trinidad y Tobago.
En la noche de este martes, el ministro de Comunicación de Venezuela, Freddy Ñáñez, afirmó que el video publicado por Trump podría haber sido creado mediante el uso de inteligencia artificial (AI).
“Parece que Marco Rubio sigue mintiéndole a su presidente: luego de meterlo en un callejón sin salida, ahora le da como ‘prueba’ un video con IA (así comprobado)”, escribió en su canal de Telegram.
Ñáñez mostró además una consulta a Gemini, la inteligencia artificial de Google, a la cual pidió analizar el video; la respuesta fue que “es muy probable que se haya creado mediante IA”.
La estrategia de bandera falsa
El periodista venezolano Eligio Rojas, experto en temas de seguridad, al analizar lo anunciado por Trump y Rubio señaló que la retórica de Washington hace ver que la droga que presuntamente llevaba esta embarcación tendría como origen Venezuela.
Pero esto contrasta con las informaciones recientes suministradas por el ministro de la Defensa venezolano, general Vladimir Padrino López, y el comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, general Domingo Hernández Lárez, quienes indicaron que en los días pasados se han incautado en el país unos 50 mil kilos de estupefacientes, toda proveniente de Colombia.
Esto es coherente con la información generada por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Reportes del organismo mundial sobre tráfico de drogas muestran que varios países de Sudamérica, entre ellos Colombia, Ecuador y Perú, divulgaron mayores incautaciones de cocaína en 2022 que en 2021, pero no se asigna a Venezuela el papel desproporcionado que la Casa Blanca ha señalado en los meses recientes.
Este hecho hay que interpretarlo, según el experto, relacionándolo con la denuncia que 24 horas antes había realizado el presidente Maduro, quien alertó que Washington busca con su despliegue militar en el Caribe generar un falso positivo, es decir, una operación de bandera falsa para justificar una agresión a Venezuela.
El escritor José Negrón Valera, especialista venezolano en análisis geopolítico y con posgrado en filosofía de la guerra, coincidió con Rojas en cuanto a que la primera interpretación es que podría tratarse de un falso positivo.
“Lo más importante en este caso es considerar que Estados Unidos es el mayor fabricante de falsos positivos de los siglos XX y XXI, todos con las mismas excusas, modelar a la opinión pública para intervenir en países que son considerados objetivos militares”, reflexionó.
Sin embargo, hace énfasis en que no hay que darle credibilidad al discurso de Washington, no porque no estén ejecutando acciones para desestabilizar Caracas, sino porque una operación militar formal contra el país, que es lo que quieren hacer ver como inminente, es improbable en el corto y mediano plazo.
En cambio, lo que puede haber es una intensificación de la guerra no convencional.
“El escenario que puede plantearse es un recrudecimiento de la “máxima presión”, que incluye el aumento en las operaciones sicológicas para causar zozobra en el pueblo venezolano”, explicó.

Trump: amenaza continental
La flota naval enviada por Estados Unidos al sur del Caribe para amedrentar a Caracas atacó una embarcación supuestamente dedicada al tráfico de drogas y asesinó a sus 11 tripulantes. El presidente Donald Trump afirmó que el navío había partido de Venezuela y que las víctimas pertenecían al grupo criminal Tren de Aragua, mientras el secretario de Estado, Marco Rubio, habló de una “organización narcoterrorista designada” para justificar la letalidad de la operación. Por su parte, el ministerio de Comunicación e Información venezolano puso en duda la autenticidad de las imágenes difundidas por Washington y señaló como muy probable que hayan sido generadas por aplicaciones de inteligencia artificial.
Sin importar si se comprueba o desmiente que los tripulantes se dedicaban al trasiego de drogas o que el navío hubiera partido de Venezuela, el hecho es que 11 personas fueron masacradas sin que representaran peligro alguno para el buque estadunidense y sin que se intentara siquiera su captura y presentación ante la justicia, que es lo procedente en un estado de derecho: a los delincuentes se les detiene y se les enjuicia; no se les ejecuta a sangre fría. En este sentido, el episodio constituye un inquietante recordatorio de las implicaciones de incluir a cárteles (reales o imaginarios) en la lista de organizaciones terroristas extranjeras elaborada por la dependencia que encabeza Rubio: se trata de una medida que desplaza la cooperación policial hacia lógicas de guerra y habilita el uso de fuerza letal extraterritorial con una laxitud incompatible con el derecho internacional y los derechos humanos. La sustitución del debido proceso por operaciones militares sumarias normaliza el abuso de poder dentro de Estados Unidos y el despliegue de prácticas neocoloniales en el resto del mundo.
Horas antes de que se diera a conocer esta agresión, Trump afirmó que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha rechazado el envío de tropas estadunidenses a territorio mexicano porque está muy asustada por los cárteles, que, sostuvo, dirigen México. Estas aseveraciones son completamente falaces, además de ofensivas y contrarias a la civilidad que debe regir las relaciones internacionales, máxime entre naciones que se dicen aliadas y comparten la mayor relación comercial del planeta. La mejor prueba de su falsedad es que desde hace años el gobierno de México ha hecho mucho más contra el narcotráfico que su par estadunidense: mientras aquí se registran decomisos récord de estupefacientes, precursores para su elaboración y laboratorios criminales, la Casa Blanca facilita el tráfico de armas que mantiene en pie al crimen organizado y profundiza el marco legal que hace de Estados Unidos uno de los mayores centros de lavado de dinero a nivel global, como admiten las propias autoridades financieras de ese país.
Es imperativo condenar en los términos más enérgicos tanto la matanza como la lógica injerencista detrás de ella, así como las declaraciones irresponsables de Trump y sus funcionarios. Corresponde exigir una investigación independiente sobre la masacre, garantías de no repetición y establecer una postura unánime en torno al respeto irrestricto a la soberanía y los derechos humanos en todo operativo de combate a la delincuencia. Hasta los gobernantes latinoamericanos más cercanos al trumpismo deben apreciar que el hemisferio entero queda en riesgo si se naturaliza la idea de que la “guerra contra las drogas” y la etiqueta del “narcoterrorismo” facultan a una potencia extranjera a realizar ejecuciones extrajudiciales.
Por último, vale preguntarse si es pertinente recibir en México a Marco Rubio, un personaje abiertamente comprometido con el derrocamiento de los gobiernos que no se someten a Washington, el racismo, la xenofobia y la violencia de Estado, antivalores que no tienen cabida en nuestro país.

Empieza en Brasil “juicio histórico” al ex presidente Jair Bolsonaro
Consideran inevitable que sea condenado por intento de golpe de Estado en 2023
▲ El juez del supremo tribunal brasileño Alexandre de Moraes presentó un informe al comenzar el proceso contra el ex mandatario y otros siete acusados.Foto Xinhua
Eric Nepomuceno
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada   Miércoles 3 de septiembre de 2025, p. 21
Río de Janeiro., Lo que empezó este martes en Brasil es lo que se considera un “juicio histórico”: un ex presidente de la república, el ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) está siendo sometido al Supremo Tribunal Federal (STF), instancia máxima de la justicia del país. Hasta sus correligionarios más fieles dan por seguro, a ejemplo de analistas y adversarios, que seguramente será condenado. Y seguramente a una pena elevada, que deberá sacarlo del sistema donde se encuentra actualmente – prisión domiciliaría– y conducirlo a una instalación del ejército, a raíz de su condición de capitán retirado, o a una cárcel común.
Entre las muchas dudas sobre qué pasará luego de la condena considerada inevitable, una gana peso especial: ¿cuál será la reacción de Donald Trump, quien ya hizo pública su creencia de que Bolsonaro es víctima de una manipulación de la justicia para condenarlo pese a ser claramente inocente?
Este martes a las nueve de la mañana el juicio empezó con un informe elaborado por el juez del STF, Alexandre de Moraes, uno de sus más combativos integrantes.
Dos horas después le tocó el turno a Paulo Gonet, el fiscal general de la república. Hay otros siete reos en el mismo juicio, pero obviamente el interés se concentra en el ex mandatario Bolsonaro.
Tanto Moraes, en un informe inicial, como Gonet, han sido especialmente duros en sus planteamientos en el juicio.
“No se necesita un esfuerzo intelectual extraordinario para reconocer que cuando el presidente de la república y luego el ministro de Defensa convocan a la cúpula militar para presentar un documento formalizando un golpe de Estado, el proceso criminal ya está en marcha”, indicó Gonet.
Señaló que el plan para mantener a Bolsonaro en el poder también involucraba a otros elementos, incluidos esfuerzos previos para sembrar dudas en el sistema de votación electrónica de Brasil y un motín por parte de los partidarios de Bolsonaro el 8 de enero de 2023, después de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue investido.
Los fiscales también alegaron que el complot incluía un plan para asesinar a Lula y a uno de los jueces del Supremo Tribunal.
Por la tarde le tocó el turno a la defensa de los reos. Y una vez más se confirmó la expectativa generalizada: lo único que pueden hacer los abogados es tratar de impedir que sea impuesta la pena máxima. Pero de todas formas sobran evidencias, por lo que se trata de una tarea especialmente difícil, casi imposible.
Al contrario de lo que se comentaba, Bolsonaro optó por no comparecer ante el tribunal. Se quedó en la casa alquilada en un barrio aristócrata –y caro– en Brasilia. Los pocos allegados que obtuvieron autorización de la justicia para visitarlo relataron que el ex mandatario estaba entre deprimido y extremamente irritado, mientras seguía el juicio por televisión.
Hacia el final de la tarde siguieron los abogados defensores de los otros reos denunciados.
La defensa de Bolsonaro se manifestará este miércoles.
Entre ellos estaba Demóstenes Torres, abogado del almirante retirado Almir Garnier Santos, jefe máximo de la Marina durante el gobierno del ultraderechista.
Torres dedicó los primeros 21 minutos de su participación a elogiar a integrantes del STF y a asegurar que si “Bolsonaro me pide cigarrillos desde la cárcel, se los llevaré”.
El ex mandatario no fuma.
Otro punto que llamó la atención de los observadores se refiere al teniente coronel Mauro Cid, quien fue edecán de Bolsonaro.
Ayer Cid informó que pidió pasar a retiro en el ejército por no tener “condiciones sicológicas” para mantenerse activo.
Este miércoles le toca el turno a la acusación directa contra el ex presidente. La expectativa principal gira alrededor de un punto: ¿Bolsonaro irá a presentarse personalmente o seguirá guardando distancia?
En tanto, el presidente Lula señaló al diario O Globo: “Espero que se haga justicia, respetando el derecho a la presunción de inocencia de los procesados. Quiero que Brasil conozca la verdad y sólo la verdad. Él (Bolsonaro) puede defenderse como yo no pude. Y no me quejé, no lloré, luché. Si es inocente, que demuestre que lo es”.