▲ En febrero de 1967 se firmó en la Ciudad de México el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, también conocido como El Tratado de Tlatelolco, el cual fue impulsado por el canciller Alfonso García Robles.Foto opanal.org
Este año se conmemora el 80º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la agresión japonesa y la Guerra Mundial Antifascista. Por un lado, América Latina ha gozado de paz sin guerras interestatales durante muchos años; por otro, la región ha hecho importantes contribuciones a la paz mundial en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Primero, América Latina firmó el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares (Tratado de Tlatelolco). Tras el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Japón en 1945, el mundo entero comprendió el poder devastador de las armas nucleares. Además, la Crisis de los Misiles en Cuba de 1962 alertó aún más a América Latina de que si el conflicto entre las dos superpotencias –Estados Unidos y la Unión Soviética– escalaba hasta la guerra, toda la región cercana a EU podría convertirse en un “infierno” de guerra nuclear. Por ello, se consideró necesario tomar medidas preventivas.
El 29 de abril de 1963, por iniciativa de México, cinco naciones latinoamericanas –México, Brasil, Bolivia, Chile y Ecuador– emitieron una declaración conjunta para establecer una zona libre de armas nucleares en la región. En diciembre del mismo año, la 18ª Asamblea General de la ONU adoptó la resolución 1911, apoyando esta iniciativa. Con el respaldo de la ONU, 17 países latinoamericanos crearon en noviembre de 1964 la Comisión Preparatoria para la Desnuclearización de América Latina (Copredal), encargada de redactar el tratado. Catorce países latinoamericanos firmaron el 14 de febrero de 1967 el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina en la zona de Tlatelolco, Ciudad de México.
El tratado estipulaba que los Estados parte no debían probar, usar, fabricar, producir ni adquirir armas nucleares dentro de sus territorios, ni aceptar, almacenar, instalar, desplegar o poseerlas en ninguna forma. Para garantizar el cumplimiento, en 1969 los Estados contratantes establecieron la Organización para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina (rebautizada en 1985 como el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, Opanal). Los 33 países de la región se han adherido a esta organización. El canciller mexicano Alfonso García Robles recibió el Premio Nobel de la Paz en 1982 por su destacado papel en la concreción del tratado.
Segundo, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) ha declarado a América Latina como una “Zona de Paz”. Es bien sabido que las guerras son libradas por los seres humanos. Por tanto, el hecho de que el concepto de paz esté profundamente arraigado en la naturaleza humana tiene un impacto decisivo en la elección entre guerra o paz. En otras palabras, el carácter nacional de un pueblo desempeña un papel crucial en la conformación de sus visiones sobre la guerra y la paz.
América Latina es una región multiétnica (con unas 600 etnias), que puede dividirse a grandes rasgos en cinco categorías: pueblos indígenas (amerindios), inmigrantes europeos y sus descendientes, africanos y sus descendientes, inmigrantes asiáticos y sus descendientes, y diversos grupos mestizos (como mestizos y mulatos). Esta composición diversa ha moldeado un carácter nacional que valora la armonía, el respeto mutuo, el optimismo, la resiliencia, la apertura y la hospitalidad. También se caracteriza por la inclusividad, la no agresividad, la amistad y la satisfacción. Como resultado, los pueblos latinoamericanos poseen un anhelo innato de paz y tranquilidad.
Esto explica en parte por qué el gasto militar en América Latina es relativamente bajo. Según datos publicados por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo en abril de 2025, entre las 40 economías del mundo con mayor proporción de gasto militar respecto al PIB en 2024, sólo Brasil, México y Colombia aparecen en la lista, ocupando los puestos 21, 22 y 24, respectivamente. Costa Rica no tiene ejército, únicamente una pequeña fuerza policial para la seguridad interna y la vigilancia fronteriza. De manera similar, las fuerzas armadas de República Dominicana, Granada, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Haití y Panamá son extremadamente limitadas en tamaño.
En la II Cumbre de la Celac, celebrada en Cuba entre el 28 y 29 de enero de 2014, América Latina declaró su determinación de resolver las disputas interestatales sin recurrir a la fuerza, sobre la base del derecho internacional y la Carta de la ONU, estableciendo así a América Latina como una “Zona de Paz”. Alfred-Maurice de Zayas, experto independiente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la Promoción de un Orden Internacional Democrático y Equitativo, consideró esta declaración tan significativa como el nacimiento del Tratado de Tlatelolco.
Tercero, América Latina siempre ejerce la máxima moderación en las disputas territoriales. La paz mundial se compone de la paz en distintas regiones. Sólo cuando cada región logre la paz, la paz mundial podrá convertirse en realidad. Así, al mantener América Latina la paz regional sin guerras interestatales, ya constituye una contribución a la paz global.
En efecto, cada país concede gran importancia a sus fronteras. El dominio colonial dejó muchas herencias en América Latina, una de ellas fueron las disputas fronterizas. Tras las guerras de independencia a comienzos del siglo XIX, la mayoría de los estados latinoamericanos recién creados adoptaron el principio del uti possidetis juris (posesión jurídica), que designaba los límites administrativos coloniales como fronteras oficiales de los nuevos estados. Sólo unos pocos países usaron el principio del uti possidetis de facto (posesión de hecho), que determinaba las fronteras según las áreas efectivamente ocupadas en el momento de la independencia. Con el tiempo, las deficiencias de estos principios se hicieron evidentes: los límites administrativos coloniales carecían de precisión, especialmente en zonas poco pobladas; la cartografía de la época era imprecisa; y los nuevos Estados no podían prever la futura importancia económica de los recursos minerales subterráneos o marítimos.
Las disputas fronterizas heredadas del colonialismo se dividen en dos categorías: las existentes entre países latinoamericanos y las que enfrentan a países latinoamericanos con estados extrarregionales. Por ejemplo, la “Guerra de la Triple Alianza” (1864–1870) fue un conflicto entre estados latinoamericanos y la guerra más larga del continente después de la independencia. La Guerra de las Malvinas, que estalló el 2 de abril de 1982, fue un conflicto entre un país latinoamericano y el Reino Unido por reclamos territoriales.
Hasta el día de hoy, en América Latina persisten muchas disputas fronterizas sin resolver, pero no han escalado en guerras de gran envergadura. Esto se debe tanto a la moderación mostrada por las partes involucradas como a los esfuerzos de mediación cruciales de las organizaciones de integración regional latinoamericanas.
Cuarto, América Latina participa activamente en las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU. Según la ONU, estas operaciones constituyen una de las herramientas más eficaces para ayudar a sus miembros a evitar conflictos militares y mantener la paz. Desde el inicio de las operaciones de paz en 1948, la mayoría de los países latinoamericanos han participado activamente en ellas.
Es cierto que, por factores económicos y diplomáticos, la participación latinoamericana en operaciones de paz no es de la misma magnitud que la de China. No obstante, la mayoría de los países de la región han hecho su debida contribución. En particular, Brasil, como potencia regional, ha sido un participante constante y a menudo ha proporcionado comandantes para operaciones de paz de la ONU. En 2005, Brasil estableció su Centro de Entrenamiento en Operaciones de Paz para capacitar tanto a sus propios efectivos como a los de otros países. Uruguay, Argentina, Chile y Perú, entre otros, también han apoyado con firmeza los esfuerzos de la ONU.
Por último, América Latina fue vanguardia en la promoción del establecimiento de un nuevo orden económico internacional. Una de las raíces de la guerra es la pobreza. Eliminarla o aliviarla reduce el riesgo de conflictos y contribuye a la paz mundial. La pobreza tiene causas internas y externas, siendo el injusto orden económico internacional una de las más críticas entre las externas. Por tanto, la creación de un nuevo orden económico internacional representa una valiosa contribución a la paz mundial.
México desempeñó un papel decisivo en esta agenda. El 19 de abril de 1972, el presidente Luis Echeverría Álvarez, en la 92ª sesión plenaria de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), pidió reformar el injusto sistema económico internacional y establecer una carta que salvaguardara los derechos y las obligaciones económicas de todos los países, especialmente los en desarrollo.
El 12 de mayo, Etiopía, en nombre del Grupo de los 77, presentó un proyecto de Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados a la Unctad. El 21 de noviembre de 1974, México, en representación de los 90 Estados miembros del Grupo de los 77, presentó formalmente un proyecto de resolución sobre dicha carta, que fue adoptada por la Asamblea General de la ONU el 12 de diciembre de 1974.
Poco antes, el 1º de mayo de 1974, la Asamblea General de la ONU ya había adoptado la Declaración sobre el Establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional. Ambos documentos históricos subrayaban la necesidad de salvaguardar los derechos económicos de los países en desarrollo y exhortaban a las naciones desarrolladas a proporcionar asistencia real en áreas como financiamiento, comercio y transferencia de tecnología. No cabe duda de que estos documentos representaron una importante contribución de América Latina a la paz mundial.
En conclusión, América Latina no solo apoyó de diversas maneras la guerra antifascista mundial durante la Segunda Guerra Mundial, sino que también ha hecho contribuciones significativas tanto a la paz regional como a la mundial en la era posterior a la guerra.
*Profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Macao
Nostalgia por las invasiones
Antonio Gershenson
Próximamente, conmemoraremos una de las decisiones más esperadas por la humanidad: el alto a la amenaza de guerra nuclear. Los protagonistas fueron el país de las invasiones, Estados Unidos de América, en el sector occidental, de acuerdo con el mapamundi, y por el otro lado, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas… la tan querida URSS, para millones, y la multitemida y repudiada para innumerables países capitalistas, junto con los cuestionables movimientos religiosos de derecha recalcitrante, portadores de las peores ideas de democracia, libertad y paz mundial.
La Unión Soviética, como se le llamaba coloquialmente, fue un bastión que durante 69 años sostuvo cierto equilibrio político, económico y militar entre los países que llegaron a ser potencias después de la Segunda Guerra Mundial.
La contención liderada por la URSS se reflejó en sus relaciones diplomáticas, económicas y de intercambio científico y cultural, en general, entre los países que coincidían con las propuestas geopolíticas de la época, es decir, el socialismo, y en la fase superior, el comunismo.
Por cierto, hoy recordamos que un 14 de septiembre de 1867, en la ciudad de Hamburgo, la editorial Meissner publicó el primer tomo de la gran obra de Carlos Marx, El capital. Propuesta teórica que, hasta la fecha, sigue siendo una gran alternativa.
Al mismo tiempo que la Unión Soviética en Rusia, en América, Estados Unidos se jactaba de ser ganador de la Segunda Guerra Mundial y se adjudicaba el papel de controlador mundial, argumentando que su postura política estaba encaminada a detener el avance del peligroso comunismo.
Una filosofía, un concepto y un sistema de vida totalmente desconocido para los funcionarios del gobierno de Dwight D. Eisenhower. En los discursos del presidente estadunidense sólo resaltaba la animadversión del sistema económico del país más emblemático de ese momento. Nunca le importó que, por ejemplo, fueron el ejército soviético y los aliados comunistas en Europa los que aportaron uno de los frentes más importantes para la derrota del Führer. La rendición de la Alemania nazi, definitivamente, no fue a causa de la llegada del ejército estadunidense a Europa.
La propaganda anticomunista fue ampliamente difundida en todos los noticieros del mundo. Por primera vez, la población en general escuchamos hablar de los misiles SS-4, de los alcances de las armas soviéticas y su alcance de tres millas, con potentes ojivas de tres megatones; de las armas convencionales de medio alcance llamadas MRBM y los temibles misiles de mayor alcance, conocidos como IRBMS. Pero nadie habló de las bombas que Estados Unidos tenía preparadas para, con toda la conciencia destructiva, amenazar a todo el mundo.
Escuchamos constantemente la historia del “heroico” piloto del avión U2, que fue derribado por el ejército cubano asesorado por los soviéticos en la isla, sin la explicación de que era la decisión de la mafia militar del gobierno de Ke-nnedy lo que provocó la violación de territorio soberano cubano. No se trataba de una simple acción de reconocimiento para saber si esos misiles soviéticos eran operables. La idea de la invasión directa a Cuba era uno de los principales objetivos. Se frotaban las manos los militares ante la posibilidad de derrocar al comandante Fidel Castro y poner fin a la supuesta amenaza comunista, tan cerca de las costas de Florida.
Fueron 13 días de suspenso mundial. El gobierno demócrata estaba dispuesto a todo, aunque la postura del presidente, junto con la del primer mandatario soviético, Nikita Jrushchov (no obstante las declaraciones anticomunistas del primero), no dieron prioridad a la guerra.
Jrushchov propuso varias alternativas que fueron rechazadas por Kennedy, no obstante la tensión política que estaban causando los misiles, se detuvo la invasión a la isla y la utilización de armas nucleares.
El tema de la crisis de los misiles es muy amplio; a partir de ese momento, la correlación de fuerzas determinó las políticas públicas diplomáticas posteriores, no sólo de Estados Unidos, Cuba o de la propia Unión Soviética, también de otros países que insistieron en el control de las armas nucleares. Hasta el momento, son 116 naciones las que se declaran zona libre de armas nucleares.
Debido a la crisis de octubre, o como se le ha conocido por décadas, la crisis de los misiles, un gobierno, junto con todo su pueblo, ha sufrido una de las peores políticas de coerción económica y política que ha sufrido nación alguna: el llamado bloqueo a Cuba. Y, lo peor del caso, es que los gobiernos estadunidenses insisten en alimentar sus propuestas trasnochadas e invadir, no sólo Cuba, otros países también están en su enfermizo sueño de opio.
(Colaboró Ruxi Mendieta)
Para Ximena Guzmán Cuevas y José Muñóz Vega, la justicia llegará
antonio.gershenson@gmail.com
Con EU, diálogo pese a tensión comercial, ratifica Sheinbaum
Arturo Sánchez Jiménez Enviado
Periódico La Jornada Domingo 14 de septiembre de 2025, p. 5
San Luis Potosí, SLP., “México es un país libre, independiente y soberano, y nunca debe negociarse por ningún motivo nuestra soberanía”, advirtió la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo al referirse ayer a la relación con Estados Unidos. Señaló que, pese a las tensiones comerciales recientes, mantendrá el diálogo con Washington sin renunciar a la independencia nacional.
“Este año, con sus altas y bajas, siempre buscamos una buena relación con el gobierno de Estados Unidos. Todos los países tuvieron problemas por los aranceles que puso ese gobierno, pero nosotros pensamos que siempre es mejor dialogar. Sin embargo, hay un principio inviolable que hay que decirlo siempre, y más ahora, en el mes de la patria: México es un país libre, independiente y soberano. Nunca debe negociarse por ningún motivo la soberanía de nuestro país y del pueblo de México”, señaló en el marco de su gira nacional de rendición de cuentas.
En su mensaje y acompaña por el gobernador Ricardo Gallardo, Sheinbaum llamó a defender el proyecto de nación impulsado por la Cuarta Transformación, al que describió como un modelo basado en la justicia social, la equidad y el bienestar para las mayorías. “Lo más importante es defender este proyecto de nación. Que no regrese el pasado de corrupción y privilegios. Que sigan existiendo gobiernos que dediquen los recursos públicos para la gente”, expresó.
La mandataria contrastó su visión con los gobiernos anteriores al subrayar que, durante el periodo neoliberal, se gobernó para unos cuantos, se privilegiaron las élites y se entregaron los recursos de la nación a intereses particulares. En cambio, destacó que las administraciones de la Cuarta Transformación “son gobiernos del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”.
Sheinbaum presentó proyectos de infraestructura para esta entidad, entre ellos el tren de pasajeros Querétaro-San Luis Potosí, cuya construcción se iniciará en 2026; la carretera Ciudad Valles-Tampico y la vía Tamazunchale-Huejutla-Pachuca. Anunció además un proyecto integral de agua para la capital potosina.
Más tarde, en Querétaro, la Presidenta aseguró que México vive un momento “extraordinario”, marcado por la reducción histórica de la pobreza y el fortalecimiento de los programas sociales. Afirmó que en los pasados seis años 13.5 millones de mexicanos salieron de esa condición, gracias al aumento del salario mínimo –135 por ciento en términos reales desde 2018– y a los apoyos de bienestar, que en esa entidad benefician a casi 500 mil personas.
“Cuando los ingresos familiares mejoran, la economía florece desde abajo”, apuntó.
El gobernador Mauricio Kuri dio la bienvenida a la mandataria y reconoció que la unidad es clave para superar adversidades: “Si a la Presidenta le va bien, a México y a Querétaro también les va muy bien”, señaló.